Diariamente en nuestras vidas nos formulamos ciertas preguntas con la esperanza de encontrar alguna respuesta… Por ejemplo: ¿Por qué me ocurre esto a mí? ¿Por qué un ser querido tuvo que morir así? ¿Por qué mi padre/ madre me abandonó o me trata diferente a mis otros hermanos? ¿Por qué mi pareja me traicionó? ¿Por qué esto? ¿Por qué aquello? ...
Nos pasamos la mitad de nuestras vidas haciéndonos las mismas preguntas, y nos perdemos la otra mitad tratando de encontrar las respuestas, de las cuales surgen más preguntas y así nos pasamos el tiempo en un círculo vicioso que nos impide la felicidad.